Ante la pérdida de hueso alveolar (el hueso que soporta los dientes), resulta difícil colocar directamente un implante dental, por lo que debemos recurrir a técnicas especiales o a la regeneración ósea para recuperar el volumen del hueso perdido.
El tratamiento con implantes cigomáticos es una buena alternativa cuando, ante la falta de hueso, el paciente no puede o no desea asumir una regeneración ósea.
Este tipo de implante se fija en el hueso del pómulo (hueso cigomático o malar), más allá del hueso de los dientes, alcanzando un buen nivel de estabilidad gracias a su favorable calidad ósea. A lo largo de los últimos años, este recurso ha ido ganando cada vez más reconocimiento y, aunque aún es novedoso, se encuentra ya consolidado.
¿Qué ventajas ofrecen estos implantes?
Los implantes cigomáticos comportan ventajas para el paciente: acorta los tiempos de tratamiento, evita los injertos oseos y permite la colocación de una dentadura provisional el mismo día de la cirugía, o a los pocos días.